El regaliz (Glycyrrhiza glabra) es una planta herbácea originaria del Mediterráneo, cuyo cultivo y uso sigue siendo muy popular en nuestra cultura. De ella se consume la raíz, que tiene un sabor anisado y agridulce. Se usa en repostería, infusiones o directamente se toma en comprimidos.

Es muy rico en glicirricina, y en menor medida también contiene flavonoides, isoflavinas y fitoesteroles. Estos le confieren al regaliz propiedades medicinales tales como antitusivo y expectorante, antibacteriano (por eso va bien para el mal aliento), antiviral, antiinflamatorio, antiácido (mejora las mucosas, y por tanto muy interesante en úlceras estomacales), cicatrizante, laxante, etc.

En especial destaca su poder antihipertensivo, con lo que las personas con hipertensión no deben abusar de él.

Pese a su potencial efecto medicinal, su uso es más conocido por su poder endulzante. De hecho, ¡es 50 veces más dulce que el azúcar! Aunque ese sabor anisado es difícil de tapar. Aún así, es una alternativa genial a los edulcorantes artificiales, ya que es igual de acalórico pero no provoca todos esos horribles efectos adversos de los edulcorantes químicos.

Sin embargo, debéis tener en cuenta que la glicirricina tiene una estructura muy parecida a los glucocorticoides (medicamentos tipo cortisona), por lo que uso excesivo puede conllevar efectos adversos y adicción.

 

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