Es curioso, a priori esta receta no tiene nada de especial: verdura, cereales y proteína magra. Podría perfectamente ser el plato de un menú de dieta hipocalórica.

Sin embargo, el montaje le da un aspecto visual increíble, mucho más apetecible. En mi opinión, comer no es simplemente el acto de engullir alimentos, sino también la preparación, los olores, el aspecto… es toda una experiencia.

Además, este plato contiene sus macronutrientes en sus proporciones óptimas:

  • Proteína: magra y de calidad
  • Grasa: la parte de grasa la aporta el AOVE (una de las mejores grasas que existen)
  • Hidratos de carbono: formada mayoritariamente por verduras/hortalizas, que aportan pocas calorías pero están cargadas de vitaminas, minerales y fibras; y un poco de quinoa, pero no demasiada, ya que los cereales (en este caso es un pseudocereal) no deben ser la parte mayoritaria del plato (con debidas excepciones como en deportistas u otras situaciones de alto gasto calórico). Además, la quinoa es de los pocos cereales que contienen todos los aminoácidos esenciales, es de índice glucémico más bajo que la pasta o el arroz (es decir, no provoca tantos picos de glucosa en sangre) y ¡está riquísima!
INGREDIENTES (2 personas):
  • 2 calabacines
  • 4 champiñones
  • 6 shiitakes
  • 1 cebolla morada
  • 2 dientes de ajo
  • 200 g de tomate triturado (mejor en bote de cristal y eco, veréis que no tiene nada que ver con los tetrabricks industriales).
  • 1 pechuga de pavo grande
  • 150 g de quinoa
  • Especias: sal, cúrcuma, pimienta negra, paprika, albahaca…
  • AOVE
  • Para decorar: levadura nutricional, orégano, alcaparras, olivas de Aragón o lo que queráis
PREPARACIÓN (80 min):
  1. Especiamos la pechuga de pavo con nuestras especias preferidas. Yo he puesto sal marina, cúrcuma, pimienta negra, paprika y albahaca.
  2. Horneamos a 180ºC durante 1h aprox (depende de lo gruesa que sea).
  3. Mientras tanto, lavamos todas las verduras.
  4. Pelamos los calabacines si no son ecológicos (los pesticidas se acumulan en la piel de las verduras) y los cortamos por la mitad longitudinalmente.
  5. Picamos los ajos y la cebolla.
  6. Cortamos los champiñones y shiitakes a daditos.
  7. Repartimos las verduras en otra bandeja de horno. Opcional: añadimos más especies y un chorrito de AOVE.
  8. Metemos la bandeja en el horno. En este punto, el pavo ya estará medio hecho, aprovechamos para darle la vuelta.
  9. Paralelamente hervimos la quinoa durante 15-20 min (o según instrucciones paquete). Recordad que no necesita remojo pero hay que lavarla antes.
  10. Una vez la quinoa ya esté hecha, comprobamos que el pavo y las verduras lo estén también (el pavo tarda más pero lo hemos metido en el horno antes). Sacamos todo del horno.
  11. Vaciamos los calabacines con una cuchara.
  12. Desmenuzamos el pavo o lo cortamos a daditos.
  13. Mezclamos en un bol la pulpa del calabacín con la quinoa, el pavo, el tomate triturado y el resto de verduras.
  14. Rellenamos los calabacines con la mezcla anterior.
  15. Decoramos con nuestros toppings preferidos. Os recomiendo que sean sabrosos, para dar contraste. Ej: aceitunas, alcaparras, anchoas, levadura nutricional…
  16. Volvemos a meter los calabacines rellenos al horno un par de minutos para volver a calentar (o gratinar si habéis puesto queso).

Por supuesto, esta receta la podéis modificar de mil maneras:
– Sustituir el pavo por pollo, ternera, soja texturizada, tofu… cocinado al horno o a la sartén.
– Saltear las verduras en sartén.
– Sustituir calabacín por berenjena.
– Sustituir quinoa por otro cereal (trigo sarraceno, amaranto…)

Ir arriba