Esta receta es perfecta para sacaros de un apuro un día entre semana, que ya lleváis cansancio acumulado y solo de pensar lo lejos que está el finde semana se os viene el mundo encima. Seguro que en lo último que pensáis es en cocinar.

Esos son los días en los que, por inercia, es más fácil caer en la tentación de cenar una bolsa de patatas fritas o pedir una pizza.

Cuando estamos demasiado cansados para cocinar, pensamos que con comer cualquier cosa ya nos vale. Pero no nos damos cuenta que los ultraprocesados nos llenan la barriga pero nos hacen sentir más cansados todavía. Y así entramos en el círculo vicioso: comer mal porque estamos demasiado cansados para cocinar y estar cansados por no cuidarnos (comer mal, dormir poco, etc.).

Así que para cortar de raíz este círculo vicioso, hoy os propongo una receta rapidísima (10 min en total) y super saludable, perfecta para, por ejemplo, una cena ligera. Y digo ligera, porque los espaguetis (la base) no son de pasta sino de verdura.

Esta receta será especialmente agradecida por los amantes de la pasta que por el motivo que sea no os conviene:

  • Porque no toleráis bien el gluten o por decisión personal lo habéis retirado de vuestra dieta. Hay opciones de pasta sin gluten, pero, seamos honestos, no son lo mismo.
  • Vuestro sistema digestivo no digiere bien los carbohidratos.
  • Cada gramo de hidratos (pan, pasta, etc) que coméis lo ponéis en los michelines. Hago un inciso, ¿sabíais que según el tipo de microbiota que tengamos absorbemos y metabolizamos más o menos hidratos de nuestra dieta? Es decir, que dos personas del mismo peso, misma actividad física y que consuman las mismas calorías a través de la misma dieta pueden subir más o menos de peso según su flora intestinal. Además, la capacidad de digestión de los hidratos también tiene un componente genético muy fuerte.
  • Estáis siguiendo una dieta hipocalórica.
  • Estáis siguiendo una dieta keto o low carb.

Sea como sea, para todos los fanáticos frustrados de la pasta, está receta de pasta “falsa” es una alternativa genial.

Yo recurro a esta receta continuamente, ya que el calabacín es una de las verduras básicas de mi nevera, es de temporada todo el año y se conserva varios días en la nevera. Además, esta receta es muy tuneable, a veces le cambio la proteína (por pollo, pavo, soja o guisante texturizado, garbanzo…); las especias (paprika, curry…); le añado levadura nutricional para darle un saborcito a queso; o le añado frutos secos como nueces o avellanas. Las posibilidades son infinitas.

INGREDIENTES (2 personas):
  • 2 calabacines
  • 400 g de tomate triturado
  • 1 lata de anchoas en aceite de oliva
  • 2 cs de alcaparras
  • 10-15 aceitunas negras tipo «Aragón»
  • especias: sal, pimienta, cúrcuma, ajo en polvo, romero (o las que queráis)
  • 1-2 cs de tamari* (opcional)
  • AOVE

*El tamari es una salsa de soja fermentada sin gluten. También podéis sustituirlo por salsa de soja (esta sí lleva gluten).

PREPARACIÓN (10 min):
  1. Lavamos y cortamos los calabacines a tiras longitudinales muy finas (3-4 mm de grosor). También podéis cortarlos más finitos como si fueran espaguetis o usar un spiralizer
  2. Salteamos los calabacines con unas gotas de AOVE, el tomate triturado y las especias.
  3. Cocinamos unos 3-4 minutos para que el calabacín se ablande un poco (no mucho o quedará puré).
  4. Servimos y añadimos las anchoas cortadas a taquitos, las aceitunas y las alcaparras.
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