Sé que este concepto puede parecer extraño. ¿Los edulcorantes, de por sí, no son siempre artificiales? No necesariamente. Creo que este es el pensamiento popular porque al pensar en edulcorantes nos viene a la mente la sacarina, el aspartamo y demás, todos ellos de fabricación sintética.

Sin embargo, la palabra edulcorante, simplemente significa “que tiene poder de endulzar” con lo que técnicamente, todos los endulzantes, naturales y artificiales entran dentro de esta categoría.

Por tanto, los edulcorantes naturales son todos aquellos sustitutos del azúcar de mesa (sacarosa) que se obtienen de la propia naturaleza, aunque a veces siguen un proceso de elaboración y refinación que, en mi opinión, no tienen nada de natural.

Entre ellos tenemos a los néctares de frutas, la miel, la melaza, los siropes (de arce, de agave), la panela, el azúcar de coco… En esta categoría también se incluyen la fruta fresca (como el plátano y la manzana), la fruta deshidratada, los vegetales dulces tales como la calabaza o la zanahoria y los tubérculos como el boniato.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que no todos son iguales (no tienen las mismas calorías, ni la misma cantidad de glucosa, ni el mismo poder endulzante). Por ejemplo:

  • miel -> 85% azúcar
  • dátil -> 65% azúcar
  • pasas -> 60% azúcar
  • plátano -> asado: 25% azúcar / crudo: 13% azúcar
  • manzana -> asada: 20% azúcar / cruda: 10% azúcar

Fijaos que en el caso del plátano y la manzana, diferencio entre crudo y asado, porque cuando cocinamos la fruta (por ejemplo, cuando horneamos unas magdalenas), la cocción «libera» sus azúcares. Por eso, encontramos el doble de azúcar en una fruta cocida que en la misma pieza en crudo. Además estos azúcares se absorben más rápidamente, generando un mayor pico de glucosa en sangre.

¿Y qué me decís de la miel? En este post hablo abrimos el melón, ¡no os lo perdáis!

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