¿Y por qué digo que es un bizcocho para nuestra microbiota?
Pues porque algunos de sus ingredientes son tan beneficiosos para nuestros bichitos que no tengo claro quién se pegará mayor festín con este bizcocho, si ellos o nosotros.
Como os explico en este post, la manzana (sobre todo la piel, por eso recomiendo comprarlas ecológicas y no pelarlas) y la zanahoria hervidas son ricas en pectina. Por otro lado, la
avena es rica en almidón resistente, otro manjar para nuestra microbiota.
Además, la receta es sin gluten y sin azúcares añadidos, ¿se puede pedir más?
INGREDIENTES (molde mediano):
- 4 manzanas ecológicas
- 2 zanahorias grandes
- 4 huevos
- 100 g de harina de algarroba
- 150 g de copos de avena sin gluten
- 1 cs de levadura de repostería
- 1 cs de canela ceylan
- 1 cp de sal marina
PREPARACIÓN (40 min):
- Lavamos las manzanas y las zanahorias.
- Les quitamos las pepitas y el rabillo a las manzanas. Si las vuestras no son ecológicas, mejor pelarlas para eliminar los pesticidas, que se acumulan mayoritariamente en la piel. ¿Sabíais que las manzanas son una de las frutas que más pesticidas acumula en su piel?
- Rallamos las zanahorias.
- Cortamos una de las manzanas a láminas de unos 0,5 cm.
- Trituramos con una batidora las otras 3 manzanas, los huevos, la harina de algarroba, los copos de avena, la levadura, la canela y la sal.
- Añadimos a la mezcla anterior la zanahoria rallada. Mezclamos con una cuchara
- Vertemos la mezcla en un molde de silicona platino, y colocamos las láminas de manzana por encima.
- Horneamos durante 20-25 min a 180ºC.
- Podéis decorar el pastel con un poco de miel y canela ceylan.