Si, como a mí, os encanta la quiche pero nunca la pedís/compráis porque la nata os sienta fatal, seguid leyendo porque esta receta os encantará!

La quiche es una tarta salada procedente de la cocina francesa, concretamente del noroeste de Francia (Lorraine). Tanto la nata (los franceses la llaman crème fraîche) como la mantequilla son dos ingredientes estrella en la cocina francesa, con lo que no es de extrañar que formen parte de un plato tan típico como la famosa quiche.

La receta original consta de una base de masa quebrada (harina de trigo blanca refinada, mantequilla y huevo), y un relleno que es básicamente huevos batidos, nata y bacon (y a veces algún trocito de verdura para darle un toque). Vamos, una bomba. Nada que ver con el prototipo de plato saludable (donde la verdura debe ser la parte mayoritaria). Con eso no quiero decir que no podamos comer nunca una quiche original, pero estaría bien acompañarla de una ensaladita.

En cualquier caso, con mi receta versionada a lo healthy, os podéis comer el plato entero, ya que no contiene harinas refinadas, azúcar ni grasas trans, y en cambio está llena de superalimentos: es rica en proteína de calidad (los huevos son una fuente de proteína de muy alto valor biológico, más el plus de proteína de la harina de garbanzo), está repleta de verduras, especias como la cúrcuma (con efecto antiinflamatorio) y el orégano (antibacteriano), fibra (como la pectina de la manzana asada o la inulina de la cebolla) y shiitakes, con múltiples propiedades medicinales como modulador del sistema inmune.

INGREDIENTES (2-3 personas):
Base:
  • 150 g de harina de garbanzos
  • 80 g de agua mineral
  • 1 pizca de sal
Relleno:
  • 1 calabacín
  • 150 g de shiitakes
  • 1 cebolla morada
  • 1 manzana
  • 3 huevos eco
  • sal, cúrcuma, pimienta negra y orégano
  • (opcional) 50 ml de bebida vegetal o agua
PREPARACIÓN (60 min):
  1. Picamos la cebolla, los shiitakes, medio calabacín y la manzana. Los salteamos con especias durante 10-15 min. Luego sacamos la sartén del fuego para atemperar las verduras. Este paso es muy importante porque sino cuando las mezclemos con los huevos estos cuajarán.
  2. Mientras tanto, vamos preparando la base: mezclamos la harina, el agua y la sal. Repartimos la masa en un recipiente de cristal o molde para tartas. Recomiendo poner papel de horno para que no se pegue.
  3. Opcional: Horneamos la masa a 180ºC durante 10 min para que se tueste un poco.
  4. Batimos los huevos en un bol.
  5. Comprobamos que las verduras ya no estén calientes y las añadimos al bol. Mezclamos.
  6. Cuando la masa esté tostadita la sacamos del horno y le añadimos el relleno preparado.*
  7. Cortamos el medio calabacín restante a rodajas finitas y las ponemos por encima del relleno para decorar, junto con una pizca de orégano. También podéis añadirle un poco de queso o levadura nutricional por encima.
  8. Horneamos a 170-180ºC durante 20-30 min.
* Recomiendo añadir un chorrito de bebida vegetal o agua (dependiendo de lo jugosas que estén las verduras, pero aproximadamente unos 50 ml), para que el relleno quede semisólido, imitando la textura de la quiche tradicional que lleva nata. Si no añadimos nada de líquido, el relleno quedará sólido, como de tortilla. A mí me gusta que quede más cremoso, pero va a gustos.
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