El salmón (si es de calidad) es uno de los pescados más saludables que existen. Eso es porque al ser azul es una fuente excelente de grasas saludables (Omega 3). Además, al no ser de gran tamaño, no acumula tantos metales pesados (sobretodo mercurio) como los pescados más grandes (tipo atún, pez espada, etc).

Es importante que el salmón sea de calidad ya que varios estudios demuestran que los salmones de piscifactoría contienen mucho menos Omega 3 (y más Omega 6), más metales pesados y disruptores endocrinos.

Para el colmo, al salmón de piscifactoría se le añade colorante (E161J) para darle ese «color salmón», ya que si no sería gris (el salmón salvaje sí es naturalmente anaranjado). De hecho, hay paletas de color para que el comerciante escoja de qué tono exacto querrá sus salmones. Lo sé, yo también me quedé a cuadros cuando lo leí. Así que si compráis salmón de piscifactoría no os fieis del color para determinar su calidad.

En cualquier caso, mi consejo es que si vuestro bolsillo os lo permite compréis salmón salvaje. Si no os lo podéis permitir, podéis optar por otros pescados azules pequeños más económicos como las sardinas o los boquerones, que también son fuente excelente de omega 3.

INGREDIENTES (2 personas):
  • 400 g de filetes de salmón salvaje noruego
  • 1 cs de shiro miso*. 
  • 2 cs de tamari
  • piel de 1 naranja
  • 1 cp de jengibre en polvo
  • 1 cp de miel
  • 1 pizca de eneldo
* El miso es un condimento hecho de semillas de soja y/o cereales y sal marina. Se fermenta con el hongo koji, dando lugar a una pasta muy aromática con sabor umami (el quinto sabor). Al estar fermentado es un excelente probiótico. Hay muchos tipos de miso, el shiro miso o miso blanco es de arroz y soja y es el más dulce y suave. Yo siempre compro el de la marca Danival.
PREPARACIÓN (40 min + 2-3h de reposo):
  1. Marinamos el salmón: la forma más fácil es mezclar en un tupper de cristal (el plástico coge olores) el miso, el tamari, la piel de naranja previamente rallada, el jengibre y la miel. Rebozamos el salmón en la salsa. Cerramos el tupper y lo dejamos en la nevera mínimo 2-3h.
  2. Distribuimos los filetes en una bandeja de cristal para horno (o acero inoxidable, las de silicona cogen olores). Con una cucharita recuperamos el resto de la salsa que ha quedado en el tupper y la distribuimos por encima de los filetes formando una capita (que al hornearlo se endurecerá formando una pasta. Este es el secreto de la receta).
  3. Horneamos a 180ºC durante 15-30 min (dependiendo de lo jugoso que os guste y lo gruesos que sean los filetes).
  4. Servimos y decoramos con una pizca de eneldo. Podemos acompañar con verduritas al horno (yo he hecho alcachofas), que también hemos horneado aprovechando el calor del horno.
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