El azúcar es como Voldemort, solo de oír su nombre nos estremecemos, pero, aun sabiendo sus poderes malignos, nos atrae como a una polilla la luz.

Ahora en serio, el concepto del azúcar es tan complejo y da para tanto de que hablar que sería imposible abarcarlo todo en una sola publicación.

Así que, me gustaría empezar hablándoos sobre la diferencia entre los conceptos «sin azúcar» y «sin azúcar añadido», que vemos en la mayoría de recetas healthies.

¿Sabíais que ambos conceptos no son sinónimos (aunque a veces se usen indistintamente, por error)?

  • SIN AZÚCAR = no contiene ningún tipo de azúcar (ni natural ni añadido), aunque puede llevar hidratos. Ej: trigo, pan.
  • SIN AZÚCAR AÑADIDO = no se le ha añadido ningún tipo azúcar (blanco, moreno, panela, de coco, etc), pero el producto/receta contiene azúcar naturalmente propio en alguno de sus ingredientes. Ej: fruta, mis magdalenas del post anterior.

Una receta dulce «sin azúcar añadido» siempre llevará: o bien un ingrediente dulce (que contenga azúcar intrínseco), o un edulcorante artificial. De momento, no podemos hacer magia: si es dulce, por algo será.

Aun así, no todas las recetas «sin azúcar añadido» son igual de saludables. Mi recomendación es que miréis:

  • Qué edulcorante lleva: natural o artificial, los hay mejores y peores en ambas categorías.
  • Qué cantidad lleva: no es lo mismo 150 g que 20 g.
  • Qué % del ingrediente es azúcar puro: no es lo mismo 100 g de miel (de los cuáles 85 g son azúcar) que de plátano asado (de los cuales 25 g son azúcar).

Y por supuesto, el hecho de que un postre sea casero, integral y sin azúcar añadido no implica que podamos comerlo sin medida.

Quizá os estéis preguntando: entonces, ¿con qué puedo endulzar?, ¿cuánto azúcar es demasiado?, ¿qué tipo de edulcorante es mejor?

Si queréis saber más sobre el tema, podéis encontrar otros artículos relacionados con el azúcar y sus derivados: los edulcorantes artificiales, los edulcorantes naturales, la fructosa y la miel.

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