Si habéis pisado un restaurante healthy, las probabilidades de que uno de los postres sea brownie con remolacha o cake de remolacha son bastante altas.

A priori la combinación parece estrambótica. Pensaréis: ¡qué manía con ponerle verduras a los pasteles! ¿Me equivoco? La zanahoria en el carrot cake, la calabaza en el bizcocho, o incluso el aguacate en el mousse de chocolate (aunque técnicamente el aguacate es una fruta). Sin embargo, ¡si los habréis probado sabréis que quedan increíbles!

En este caso, el ingrediente estrella es la remolacha ya que actúa como endulzante (al fin y al cabo el azúcar de mesa viene de la remolacha azucarera) y además aporta un color achocolatado extra al pastel. En cambio, el sabor queda bastante enmascarado por el cacao, aunque, siendo honestos, un pelín sí se le nota. Si solo de oír hablar de la remolacha se os ponen los pelos de punta, quizá este postre no es el más adecuado… En ese caso, por qué no probáis mi brownie de calabacín o mi bizcocho húmedo para nuestra microbiota o mi tarta vegana de manzana con base de almendra y algarroba.

INGREDIENTES (molde 20 cm):
  • 1 remolacha cocida
  • 1 plátano muy maduro
  • 100 g de harina de trigo sarraceno
  • 100 g de harina de almendras
  • 75 g de cacao puro sin endulzar
  • 50 g de coco rallado
  • 50 g de panela o azúcar de coco
  • 4 huevos
  • 1 cs de canela ceylan
  • 1 cs de levadura de repostería
  • (opcional) 50 g de chocolate negro
  • 1 pizca de sal
PREPARACIÓN (30 min):
  1. Trituramos todos los ingredientes con una batidora, excepto el chocolate.
  2. Cortamos el chocolate a taquitos de 0,5 cm. Los incorporamos a la masa y mezclamos con una cuchara.
  3. Horneamos a 180ºC durante 20-25 min.
  4. Dejamos enfriar y servimos. Yo le he puesto por encima mermelada de moras casera y el resultado era increíble.
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